Mis recuerdos no me pertenecen.
No es que no me pertenezcan porque no
sean mis propios recuerdos es que no tengo los derechos sobre ellos.
No creo que pueda admitir esa clausula. Quiero trabajar pero este es
un precio demasiado grande por no ser otro beneficiario del subsidio.
Me llamo Ulan Bazari. Soy uno de los
pocos trabajadores que quedan en Lisbean, en la comarca occidental
de la unión eurasiática. Seguramente penséis que si trabajo es
porque soy otro de los enganchados al préstamo de pieles, que es la
única forma que encuentro de pagármelo. Pero trabajo...trabajaba
porque creía que podía ascender y aspirar a mas que a un techo y a
comida. Si, bueno, desde la guerra la genovacunación también es
gratuita... pero eso solo le importa a los firmantes del tratado. Si
no quieres tener hijos libremente o que la especie evolucione eso
solo es un pinchazo que te llevas para tener la fiesta en paz.
La salud está asegurada, las
necesidades mínimas cubiertas, y aun así no me parece suficiente.
Considero que vivir de mamá junta directiva es el acto de vagueza
definitivo. El trabajo dignifica al hombre. Ningún democrapitalista
que se precie se limitaría a vivir del subsidio...pero la
memeinfección de los años 40 ha jodido este emporio y la gente ya
no aprecia el trabajo. Puede que suene a viejo gruñón pero no
aguanto a lo dichosos antiludistas, ni a los hedonistas. Tal vez
debería mudarme a Europa pero no se como tolerarían mis huesos el
viaje espacial. He oído que el emporio que controla el hemisferio
norte emplea preferiblemente mano de obra humana. Algún jovenzuelo
me ha comentado horrorizado que emiten en la red antimemeticos para
evitar infecciones de opinión que puedan desestabilizar el emporio.
Si, puede que allí pueda ser feliz. En
un sitio donde no me pidan derechos sobre mis recuerdos para poder
trabajar. Que jodan al secretismo . Dejarlo todo, atrás...pero este viejo cuerpo no lo aguantaría. Creo que venderé esta piel y me
enviaré allí. Si, que se jodan también los biopuristas. Puede que mi cuerpo sea viejo pero yo aun soy demasiado joven para asilarme en una realidad simulada.