El ser humano es estúpido, como
especie primero y después como individuo. Si, eres estúpido. Y te
lo dice un estúpido. Eres estúpido porque no sabes ver mas allá de
tus narices y somos estúpidos porque como grupo nos pasa exactamente
lo mismo.
Somos estúpidos porque creemos que
somos una especie inteligente y solo somos una gran bola de
auto-complacencia. Nuestro gran logro como especie es decirnos a
nosotros mismos que somos inteligentes. Nuestro gran logro como
especie es decirnos a nosotros mismos que somos el gran logro de la
evolución. Nuestro gran logro como especie es estancarnos y estar
contentos con ello.
Tu eres estúpido nada mas que porque
formas parte de ello. Porque eres un individuo dentro de la masa de
estupidez y no la estas deteniendo sino alimentándola. Eres estúpido
porque prefieres dejarte llevar por las convenciones, aceptarlas, en
vez de replantearlas y cuando ya hallan sido replanteadas volverlas a
replantear. Las convenciones son la gran enfermedad del siglo XXI.
Hay quien dice que la obesidad es la enfermedad del siglo XXI. Pero
si el tenerlo todo simplificado ha hecho eso con los cuerpos
imaginaos que ha hecho con las mentes. Claro, como el porcentaje de
mortalidad por estupidez es tan bajo a nadie parece importarle. Pero
aceptar que lo japones es mas complejo, que los jugadores de fútbol
están sobrepagados, que los políticos son corruptos, que Einstein
era un genio y que los sábados hay que salir por ahí sin siquiera
plantearse porque nos mata de otra manera.
Las convenciones son necesarias, por
supuesto, pero nunca hay que perder de vista que son eso,
convenciones. El mundo no funcionaría sin ellas, suponiendo que el
mundo funcione...porque yo pienso que el mundo se deshace a pedazos
mientras se monta el siguiente al mismo tiempo. Y así
constantemente. Unas convenciones ganan y otras pierden fuerza en un
ciclo sin fin pero con cada vez menos leones. La convención de que
es bueno tener una identidad nacional sigue teniendo mas fuerza que
la idea de crear convenciones monetarias o estándares (al fin y al
cabo convenciones) en los enchufes del mundo. Tener la fiesta en paz
es también muy importante, por supuesto¡Que follón cambiar los
enchufes de un país!¡Que despilfarro económico! (Otra convención,
solo aceptada por los poderosos: que la economía justifica algo)
Nos aferramos a todas estas verdades
porque es mas sencillo, porque hace falta mucha fuerza mental para
mantenerse fuera de sus caminos e ir rompiendo barreras a cada
pensamiento. Cocinar tus propias opiniones caseras en lugar de unirse
a una corriente de opinión rápida que tienen además varios cómodos
formatos de entrega a domicilio es tan terriblemente sencillo como lo
es coger el coche en lugar de andar para ir al trabajo. Y claro, hay
que ser de una convención porque no existe nada fuera de ellas. Si
no eres ni de cocacola ni de pepsi ¿Que bebes? Sin embargo seguir
estas convenciones, en tantos casos equivocadas ( y en otros puede
que correctas) nos apaga. No solo somos estúpidos por seguir
convenciones estúpidas, somos estúpidos por seguir convenciones.
Hacerlo nos convierte en clones a los unos de los otros y mata la
chispa de inteligencia y originalidad allí donde more y crece. Y
luego ni siquiera hay funerales...
Así que esto es un llamamiento a toda
la gente que lo lea a que me haga pensar, a que me obligue a ser un
poco menos estúpido cada día. Es un llamamiento a que me retéis a
una partida de ajedrez, a que me recomendéis un libro, me planteéis
un problema y puede que a que me sorprendáis con algo mas que no
espero en absoluto. Yo he estado fuera de juego (aunque entre juegos)
y quiero romper el meta ahora que vuelvo. Hay demasiadas cosas que
cambiar, probablemente para que sigan siendo iguales, y que las
veamos de otra manera. Puede que tengamos el poder para cambiar el
mundo pero necesitamos el poder de cambiarnos a nosotros.