¿Y
si nos sobran adjetivos? ¿Y dejásemos de llamar a las cosas por su
nombre?¿Que pasaría si tu sonrisa solo fuese, en lugar de ser
“bonita”? ¿La habría cambiado en algo al despojarla de su
epíteto? ¿No sería el mismo tu ombligo si lo desnudase de su
“adorable”? Y siguiendo lentamente hacia abajo ¿Que pasaría si
mordiendo, la punta de mi lengua, le quitase a tu culito el
“respingón”?
Tal
vez nos quedaría solo el silencio de lo sabido, o mas bien de lo que
se cree saber. La gran aventura de contar montones de cosas sin
articular palabras, sin decirle al otro lo que es. El extraño temor
de saberlo todo sobre como era alguien hace un instante. Jugar con el
retraso de no conocer nada, pero sabiendo, quizás, lo suficiente.
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