miércoles, 1 de junio de 2016

TOC-TIC

El reloj de Tom se ha parado en su mesa de estudio.Tic-toc ti……toc-tic toc-tic… Fué solo un momento, imperceptible. Pero el supo lo que significaba.
Se apresuró a soltar su pluma y mirar fijamente el aparato. Escuchaba su sonido e inmediatamente después veía moverse la aguja… en sentido antihorario. Toc-tic toc-tic. Era la tercera vez ese mes.
Tendría que llevarlo a reparar asique se dispuso a dejarle una nota a su madre, que acaba de salir.
Su pluma estaba justo donde la había dejado: con una punta apoyada en el folio y la otra alzada unos 10 cm sobre él. Se deslizaba sobre la hoja absorbiendo la tinta que acababa de depositar en ella.
Tom contempló el baile de la pluma con una mezcla de fascinación y de horror. Tras unos segundos empujó la mesa resuelto a apartarse de aquello. En lugar de lo que esperaba la silla rodó aun más cerca del escritorio.
El pánico se apoderó de él. Quiso gritar pero produjo un sonido similar a la inhalación de un buzo tras varios minutos a pulmón. Intentó expulsar todo aquel aire solo para descubrir que no podía.
Al parecer había olvidado como respirar. Sintió que había olvidado incluso como pensar. Incapaz de buscar una salida, se agitó freneticamente mientras su cuerpo agotaba el oxígeno de su sangre. El mundo comenzó a dar vueltas y cayó sobre él un manto más pesado que el simple sueño. Sus ojos se cerraron mientras Tom se diluía lentamente en la inconsciencia…


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